SI METES ESTE TIPO DE FRUTAS DE VERANO EN LA NEVERA, LO ESTáS HACIENDO MAL: POR QUé NO HAY QUE MANTENERLAS EN FRíO

El verano trae consigo una amplia variedad de frutas y verduras de temporada muy sabrosas y refrescantes. Entre ellas, frutas porosas de hueso, como los melocotones, los albaricoques o los paraguayos. Dadas las altas temperaturas de la época estival, es muy frecuente guardar estas frutas en la nevera, a fin de que no se pongan malas y se mantengan frescas para disfrutarlas.

Pues bien, si guardas las frutas porosas como las citadas previamente, o todas aquellas frutas que tienen una especie de “pelo” suave y hueso, estás cometiendo un error. Así lo ha advertido toda una autoridad en materia de frutas: @fruterotiktokero, quien suma 118 mil seguidores en TikTok, donde comparte consejos sobre las frutas y las verduras, su conservación, su consumo y sus propiedades.

Por qué no hay que guardar las frutas porosas en la nevera

“La fruta porosa no va a la nevera, se queda fuera”, resalta el experto. “Solo se puede enfriar, no mantener. Y, si se mantiene, durante un tiempo muy breve”, especifica. Esto es así porque si la guardas en el frigorífico “le entra humedad por los poros que tiene en la piel y esa humedad se convierte en ese circulito negro que rodea el hueso del fruto”, que a menudo nos hace pensar que la fruta está en mal estado.

“Así que la fruta porosa y de hueso, mejor fuera de la nevera”, insiste el frutero. De este modo, cuando llegues a casa con tus frutas recién compradas –o bien recogidas del árbol si tienes esa posibilidad–, lo mejor es colocarlas en un frutero, intentando que no se aplasten mucho entre sí y alejadas de la exposición directa al sol.

En caso de que prefieras consumirlas muy frías, puedes meterlas en la nevera unos minutos justo antes de consumirla, para hincarle el diente inmediatamente y que te resulte más refrescante.

Qué frutas de verano no debes guardar en la nevera

Hay muchas otras frutas propias del verano que también solemos guardar en la nevera, sin ser conscientes de que estamos echándolas a perder. Por ejemplo, el melón y la sandía deben conservarse fuera del frigorífico cuando están enteros y cerrados. Una vez abiertos, ya podemos conservarlos en la nevera, para disminuir la actividad microbiana.

Otras frutas tropicales como el mango, la papaya y el aguacate, son muy susceptibles al frío, de modo que lo mejor es mantenerlas a temperatura ambiente. Tampoco le va bien el frío a los plátanos, los cuales han de mantenerse fuera de la nevera.

Y en cuanto a los tomates, otro alimento estrella del estío, también deben ir fuera de la nevera. Su temperatura óptima de maduración se encuentra por encima de los 15ºC, por lo que la Federación Española de la Nutrición (FEN) aconseja mantenerlos a temperaturas por debajo de los 10ºC.

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